El estrés y una
vida demasiado agitada, cuando no logra matarnos, pueden debilitar nuestro
sistema inmunológico y exponernos a contraer enfermedades.
Cuando vivimos en
constantes situaciones de estrés las defensas del organismo pierden el
equilibrio y nos convertimos en presas fáciles de todo tipo de infección o
alergia.
Los niños son los
más vulnerables al estrés, lo que puede
provocarles graves enfermedades inflamatorias en la adultez.
Sin embargo, si
mantenemos una actitud optimista y tenemos una psique equilibrada podemos fortalecer
nuestro cuerpo y protegerlo de enfermedades futuras.
El optimismo actúa
sobre los sistemas nervioso e inmunitario y evita los efectos nocivos del
estrés.
El cuerpo y la
psique están íntimamente relacionados y el corazón alegre es una buena medicina.
Un estrés de poca
duración activa el sistema inmunitario para proteger el organismo pero si se
prolonga en el tiempo produce enfermedades.
Ante cualquier
situación amenazante, el cuerpo se prepara para la lucha o la huída, sube la
presión arterial y el corazón late más rápido para llevar con mayor eficacia
los nutrientes a los músculos, la respiración se acelera para que el cerebro
reciba más oxígeno y libere sustancias que disminuyen la sensibilidad al dolor.
Cuando el cuerpo se
encuentra en alerta constante se rompe el equilibrio y se ponen en marcha procesos
inflamatorios.
El estado
psicológico negativo durante el embarazo puede poner a los bebés en riesgo de
enfermar de asma y si los problemas familiares continúan después del nacimiento
afectará seriamente el funcionamiento de su sistema inmunológico.
¿Cómo hacemos para
estar siempre de buen humor? Más que la alimentación, lo que más nos ayuda a
ser optimistas son las relaciones sociales saludables y mantener un vínculo de
pareja satisfactorio.
Aprender a ser
optimista cuando el hábito es estar malhumorado, no es tarea fácil, pero
bastaría con mantener el nivel de estrés bajo.
Las personas que no
expresan sus emociones segregan cortisol en forma permanente lo que produce la
inhibición de su sistema inmunitario; por eso, si no se puede acceder a una
psicoterapia, resulta eficaz escribir los pensamientos y los sentimientos, por
ejemplo en un diario o registrarlos en una grabadora.
La meditación de
atención plena practicada con regularidad también ejerce una acción positiva
sobre el sistema inmunitario.
Malena Lede –
Psicóloga
Fuente: “Mente y
Cerebro” No. 59/2013
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