POR QUÉ SE EXTRAÑA A UN GOLPEADOR - http://psicologia-malenalede.blogspot.com




Según Sigmund Freud, la relación con una pareja violenta y golpeadora que no se puede dejar, es una forma de masoquismo, o sea cuando la satisfacción sexual está ligada al sufrimiento o a la humillación recibida por otro.

El masoquismo está ligado al sadismo; que designa todo acto violento ejercido sobre otro.

El término sadomasoquismo se utiliza para señalar dos formas de la misma perversión, activa y pasiva, que se encuentran en distintos grados presentes en la misma persona; una relación tan estrecha que resulta difícil explicarlas por separado.

Un sádico es también un masoquista aunque puede predominar una u otra forma en cada individuo.

El sadismo se convierte en masoquismo cuando la agresión se vuelve contra el mismo sujeto.

Para Freud, el sadismo,  se relaciona con la pulsión de dominio y el masoquismo, que es la transformación de la actividad en pasividad,  es cuando adquiere un significado sexual; o sea cuando las sensaciones displacenteras provocan un estado de placer; que se puede observar con claridad en la neurosis obsesiva.

La fase masoquista es considerada como la primera y la fundamental.

Freud relaciona el masoquismo con la pulsión de muerte. Cuando la pulsión de muerte se orienta totalmente hacia el exterior es una posición sádica mientras la parte que persiste en el organismo ligada a la libido representa el masoquismo primario. 

El sadismo puede volverse contra el sujeto y convertirse en  masoquismo secundario.

En la oposición sadismo masoquismo se realiza el par actividad pasividad que para Freud representa una de las grandes polaridades de la sexualidad del sujeto, seguidas por los pares fálico-castrado (con o sin falo), masculino-femenino.

El par sadismo masoquismo se puede apreciar en un mismo individuo en la dialéctica entre el superyó sádico (el deber ser) y el yo masoquista (que se defiende).

Malena Lede – Psicóloga
Fuente: “Diccionario de Psicoanálisis” de Laplanche y Pontalís