EL ALCOHÓLICO CRÓNICO - http://psicologia-malenalede.blogspot.com




El alcohólico crónico difícilmente concurre a la consulta profesional con la intención de curarse de su hábito; por lo general, más bien se ve obligado a hacerse tratar cuando las presiones de su medio familiar o laboral,  amenazan con volverse insostenibles.

Los primeros síntomas psicológicos del alcoholismo crónico se manifiestan en las modificaciones del carácter; el individuo se vuelve celoso, irritable  e iracundo en forma frecuente, muy sensible emocionalmente y de humor inestable, predominando los períodos de depresión.

Al mismo tiempo aparecen algunos trastornos psíquicos,  como  menor rendimiento y alteraciones de la atención y de la memoria; pero sus funciones intelectuales y capacidad de juicio pueden permanecer intactas mucho tiempo.

En  su vida afectiva se agudizan sus tendencias egoístas y pierde gran parte de su responsabilidad y de su sentido moral, Se vuelve despreocupado e indiferente con su familia pero a la vez es capaz de fingir sinceros sentimientos de arrepentimiento con falsos juramentos.

Por la mañana despierta con humor depresivo y agresivo y aumento del temblor, molestia que disminuirá después de su primera ingestión de alcohol.

Este cuadro de ansiedad volverá a aparecer al final del día después de los avatares de la jornada y también en la noche si sufre de insomnio o de pesadillas.

Los trastornos físicos son muy importantes, ya que el alcoholismo es la adicción que más destruye los órganos. Gastritis, úlceras gastro duodenales, diarreas crónicas y agrandamiento del hígado.

La insuficiencia hepática crónica, los trastornos cerebrales, el temblor de las manos y de la lengua, los dolores y hormigueo de las extremidades, la hipertensión arterial y los signos de insuficiencia cardíaca progresiva son los trastornos más comunes que suelen padecer los alcohólicos crónicos.

El delirio alcohólico subagudo es más frecuente que la forma aguda o delirium tremens, y se presenta generalmente a la noche bajo la forma de un sueño agitado confuso que puede desaparecer a la mañana y repetirse por las noches o también hacerse continuo.

Durante esta fase el enfermo puede atrincherarse en su casa invadido por sus delirios, pegarle a su mujer y a sus hijos, salir corriendo a la calle huyendo de enemigos imaginarios o creyéndose autor de un crimen.

La evolución del delirio subagudo tiene generalmente una evolución favorable, pero también puede evolucionar hacia la forma aguda (delirium tremens) o dejar como secuela trastornos psíquicos que pueden ser transitorios (ideas fijas post oníricas)  o crónicos (psicosis alcohólicas).

Malena Lede – Psicóloga
Fuente: “Tratado de psiquiatría”; Henri Ey