El boom de la longevidad-Psicología Malena Lede




A pesar de los difíciles avatares de la existencia, de lo complicado que resulta vivir una vida normal, de los disgustos que nos dan los políticos, de la competencia, de la delincuencia y del estrés de la vida moderna; la  gente desea vivir más.

La información sobre el avance de la ciencia y la tecnología, casi al alcance de todos, favorece las expectativas de vida y permite que la gente viva más y mejor.

Las estadísticas reflejan que las mujeres viven más que los hombres, pero aún no se pueden precisar cuáles son los factores que las hacen más longevas.

Es importante destacar que disponer de una mente sana y equilibrada, mantener lazos sociales satisfactorios y una actitud optimista, lograr paz interior,  tener una  motivación  y llevar un estilo de vida regular son requisitos que no sólo prolongan la vida sino que hacen que vivir valga la pena.

No se trata del cumplimiento de los todos objetivos para lograr una vida plena sino de poder estar en el camino de lograrlos, porque los resultados nos brindan una satisfacción inmediata pero es la búsqueda la que le da el sentido a la existencia.

La vida es movimiento y la edad no obliga a nadie  a abandonar una actividad placentera por completo, principalmente si son profesionales o si realizan tareas independientes; y la jubilación tampoco es un obstáculo, al contrario, es el momento de realizar algo diferente con la ventaja de no tener que preocuparse tanto por el sustento.

La vejez es la edad de la cultura, decía Carl Gustav Jung, el momento de introversión que permite conocerse más a uno mismo, cuando ya no se necesita tanto el bullicio externo y las personas se independizan de las obligaciones y de las responsabilidades que implican el cuidado y la atención de los hijos.

Es la oportunidad de empezar algo nuevo y volver a sentirse útiles y vivos, de cuidarse, de mantener hábitos saludables, de cultivar nuevos amigos, de atreverse a proponerse nuevas metas y principalmente de aprender a disfrutar de cada momento.

No es tan importante lo larga que haya sido nuestra vida sino cómo la hemos vivido; y  cuál es la huella y la descendencia que dejamos.

El secreto es vivir cada día como si fuera el último, pero respetando los valores humanos como si fuéramos a vivir siempre;  esa es la paz interior que necesitamos para sentirnos dignos de haber vivido.

Malena Lede  - Psicóloga