Las Mujeres desean amor, los hombres sexo



Los sexos son bien diferentes en casi todo. Menos algunas similitudes orgánicas propias de la especie, todo lo demás es distinto.

Distintos son sus gustos, su inteligencia, sus intereses, su forma de pensar, de hablar, de mirar, de relacionarse con sus parejas, con sus familiares o amigos, su forma de trabajar, de estudiar, de manejar, de hacer deportes, de cocinar y por supuesto de hacer el amor.

Si hablan el mismo idioma aún es un enigma cómo un hombre y una mujer se pueden entender con palabras, porque según los gestos que las acompañan, pueden dar lugar a muchas interpretaciones.

Pero a pesar de tan evidentes diferencias, que tienen una base genética, las mujeres se atreven a pensar por los hombres y tratan de adivinar los pensamientos que ellas presumen que se ocultan detrás de sus palabras.

En general los hombres no piensan tanto como las mujeres, o sea que frente a una situación en particular no suelen imaginar nada, porque tienden a ajustarse a los hechos, en tanto las mujeres, sólo necesita un pequeño indicio para inventar una película.

Es más probable que un hombre se preocupe más en el funcionamiento de un motor que le interesa, que en lo que le habrá querido decir su novia cuando no le contestó el teléfono.

Para una mujer el romanticismo es necesario en su relación de pareja, para el hombre es algo secundario y tan prescindible que se olvida de practicarlo ni bien la relación se hace más formal y estable.

Es como si una vez que tiene segura a la presa, vuelve a ser libre para ocuparse de lo que realmente le interesa.

Esto ocurre porque el trabajo para el hombre es lo primero, pero para la mujer está en segundo término después de su familia. Sin embargo, una mujer no deja de tener éxito en lo que emprende sin necesidad de dedicarle todo su tiempo.

Un hombre puede hacer el amor con una mujer que no ama, y disfrutarlo, pero para una mujer, tener una relación íntima sin amor es más difícil, pero si decide hacerlo, es por dinero o conveniencia o porque no quiere oponerse a los deseos de su pareja para no discutir o para que no se ofenda.

Las novelas y las películas románticas les sirven a las mujeres para equilibrar sus carencias afectivas, identificándose con el personaje femenino y viviendo sus relaciones amorosas de ficción como si fueran propias.

Toda mujer trata de permanecer atractiva siempre y sea cual sea su edad, la coquetería y el don de seducción la acompañarán hasta la muerte; pero un hombre suele ser más decadente cuando envejece, porque la paulatina pérdida de su vigor sexual, psicológicamente, le afecta más que a la mujer, la menopausia.

Tal vez no sepan los hombres que el ser humano no pierde nunca su sexualidad, pero que como todo en la vida va cambiando con la edad y puede ser tan placentera o aún más que antes para ambos, cuando los une el amor de muchos años.

En la ancianidad los seres humanos que se adaptan normalmente a esta etapa de la vida, pueden disfrutar de la sexualidad aunque el hombre no logre la erección y la penetración, pero el placer del juego amoroso nunca se pierde si ambos son jóvenes de espíritu.

El hombre tiene que saber que toda mujer puede disfrutar de las caricias tanto como de la penetración, siempre que el acercamiento y el contacto sea la expresión del amor.

Malena