La Frialdad en la pareja

Una pareja estable pasa por distintas etapas de desarrollo, a través de las cuales, sus integrantes van adquiriendo mayor confianza, más conocimiento y mayor entendimiento y comprensión entre sí, facetas que se van desplegando a través de las experiencias en común con el paso del tiempo.

Poco a poco ya no será tan necesario hablar para comunicarse, porque se entenderán solamente con la mirada y con los gestos y cada uno irá sintiéndose más libre para continuar con su vida individual, creciendo.

Las atenciones de los primeros tiempos que se brindan mutuamente las parejas, cuando recién se conocen, no necesariamente van a continuar para siempre, pero esto no significa que el amor sea menor, sino que se transforma en un sentimiento diferente.






La vida es cambio y nada permanece para siempre, pero los sentimientos continúan, cuando son profundos y las personas son capaces de brindarse por entero; inclusive se convierten en algo más que las exigencias del cuerpo.

No hay que temer el paso del tiempo porque la madurez de los sentimientos es mucho más gratificante que los vaivenes ardientes de las relaciones pasajeras, que llevan de la felicidad extrema a la desdicha más amarga, ya sea por desconocimiento, por una palabra mal interpretada, por la desilusión de una demora o una ausencia, por falta de autoestima, o por amar al otro en forma posesiva, como a un objeto.

Todos pretenden sentir lo mismo que sentían cuando recién se conocieron, pero esa sensación siempre será pasajera y forzosamente tendrá que dar lugar a una nueva relación más genuina basada en el conjunto de las cualidades que ambos tengan.

Recién cuando salimos del arrebato pasional de los primeros momentos podemos ver a la persona tal cual es, con sus virtudes y sus defectos, porque antes es imposible ver lo obvio, porque el amor romántico siempre es ciego.






Por eso para enamorarse hay que tener la madurez necesaria para comprender esto, tener la identidad lo suficientemente definida como para tomar decisiones coherentes con los propios valores y no dejarse llevar solamente por lo que pide el cuerpo.

Amar es un arte, no se trata solamente de aliviar tensiones sino de vivir el amor profundamente, con los matices necesarios que exige el sentido estético, porque de lo contrario el amor siempre dejará insatisfecho.

Cuando se extraña sólo el sexo se tiende a buscar en otro la saciedad pero no el sosiego.

No se trata de reprimir sino de trascender el cuerpo y comenzar a iluminarse por dentro, para utilizar la energía en forma creativa y volverse más interesante, menos dependiente y aburrido que antes.

Porque de pronto, cuando se produce esa transformación también cambia la actitud del que parecía mostrarse frío e indiferente, y frente a esa persona nueva se volverá más receptivo y dispuesto al encuentro.

La frialdad en el amor siempre depende de quien siente esa sensación por parte del otro, porque cree que no necesita usar su creatividad e inteligencia para ofrecer más de sí mismo y poder reflejar mejor su verdadero ser auténtico.

Malena