Abuelos Hoy




Los abuelos hoy son diferentes, privilegian sus necesidades y se atreven a decirle que no a los hijos.

La extensión de la vida se ha prolongado y uno se puede convertir en abuelo o abuela muy joven, a veces cuando aún se están criando hijos.

Aún liberados de la paternidad, los abuelos no permanecen ociosos, al contrario hacen una vida muy activa y llena de compromisos sociales, aprenden lo que les gusta, hacen gimnasia, se reúnen con sus amigos, van al teatro, al cine, a comer afuera y hasta hacen viajes en grupo.

Estos son los abuelos de hoy, independientes y siempre jóvenes, con ganas de hacer cosas saludables y divertidas, dinámicos, entusiastas, y hasta envidiados por los más jóvenes.

La mayoría ha logrado superar viejas ataduras incondicionales que los confinaban a un rol limitado no siempre actuado con beneplácito, por tener que dejar de lado cosas propias.

Los jóvenes tienen que entender que después de toda una vida dedicada a los hijos es hora de poder gozar de una libertad tan dignamente ganada y no volver a repetir la historia criando a los nietos, cuando esa es tarea de los padres.

Los nietos son tan importantes como las propias actividades, porque solamente se puede dar amor cuando una persona es feliz en su vida haciendo lo que le gusta.

Abuelos con las agendas llenas son la mayoría y eso es bueno, porque la actividad exige movimiento y el que se mueve es el que está sano.

Los abuelos tienen que tener sus espacios y no pueden ser esclavos de los hijos, porque hacer las cosas por obligación, o por creer que es lo que corresponde, es lo que luego se traduce en una enfermedad física, tal vez con el objetivo implícito de que los dejen tranquilos.

Ayudar a los hijos con los nietos no está mal, si uno lo hace con gusto y se siente bien haciéndolo pero no para quedar bien o para que la quieran.

El abuelo esclavo por lo general está sosteniendo situaciones que se están cayendo tratando de evitar un desenlace.

Cada uno es responsable de su vida y de sus propios hijos y los abuelos no pueden cambiar nada y menos decisiones ya tomadas.

Es injusto que los hijos cuenten con sus padres para salvarse de circunstancias difíciles, porque antes de tomar decisiones hay que hacerse cargo de las consecuencias y no endosárselas a otros que no tienen por qué hacer su tarea.

Los nietos son parte importante de la vida pero no pueden ocupar todo el tiempo de sus abuelos, que también necesitan tener tiempo para ellos.

Cuando crecen los nietos, difícilmente se acuerdan que tienen abuelos; y si se acuerdan y los visitan es porque esos abuelos hicieron demasiado por ellos, que estuvieron siempre al lado, los que iban a las reuniones del colegio, los que los llevaban a los cumpleaños, los que más que abuelos eran padres postizos que reemplazaron a los verdaderos padres ausentes y eso no es lo mejor, porque lo mejor es que sean los padres lo que hagan eso.

Un adulto debe lograr ser independiente, o sea, como decía Sigmund Freud, liberarse de las dependencias, tener una vida propia, la suya, la única que podrá cultivar y que dará sus frutos y que no dependerá de nadie sino de él mismo.

Los vínculos familiares son enriquecedores pero no tienen que ser lo único, porque se tiende a arrebatarle a los hijos lo que es de ellos y esto no es saludable para nadie.