La Epilepsia, mal sagrado

La epilepsia puede que sea una de las enfermedades que se conocen desde tiempos más antiguos.

Sus características siempre fueron misteriosas y aún hoy en día no se sabe mucho de ella, porque guarda profundos enigmas relacionados con sus causas, las formas en que se presenta y su tratamiento, a pesar de los esfuerzos que se realizan para mitigar este flagelo que es bastante común en todo el mundo.

A pesar de los avances tecnológicos que permiten disponer de una extensa gama de fármacos antiepilépticos y de haberse incorporado novedosas técnicas quirúrgicas, todavía no se ha podido lograr la cura del treinta al cuarenta por ciento de los casos.

El libro que tal vez esté más acreditado en este tema es el “Manual de Epilepsia” de Browne y Holmes, que ya lleva cuatro ediciones publicadas y que está destinada a médicos clínicos, pediatras, profesionales médicos neurólogos y a estudiantes de medicina.
Este manual incluye los últimos adelantos científicos sobre la epilepsia, los distintos tipos que existen según las edades en que se presentan, los fármacos antiepilépticos existentes actualizados, cómo actúan, dosis recomendadas, formas de administración y demás datos farmacológicos.

Los dos últimos capítulos nos brindan los aspectos clínicos sobre la morbilidad que se asocia a la epilepsia y las precauciones que necesitan tomar los epilépticos.

La epilepsia puede estar acompañada de trastornos psicológicos, que en los niños se traducen en hiperactividad, problemas de aprendizaje, de conducta y ansiedad y en los adultos en depresión y ansiedad.
Son importantes las recomendaciones que contiene este libro para los pacientes epilépticos, sobre las actividades que deben evitar que pueden desencadenar un ataque epiléptico y lo que tienen que hacer los que sufren esta afección, cuando éstos ocurren.

La epilepsia tiene muchas formas clínicas y no siempre un epiléptico necesariamente tiene que presentar convulsiones espectaculares. A veces son solamente ausencias, estados de inconsciencia que casi no se detectan porque no van acompañados de pérdida de la tonicidad muscular, sino que sólo se manifiestan como falta de atención o distracción, pero que en realidad implican ausencia de conciencia.
El problema más grave que debe afrontar un epiléptico cuando sufre una convulsión son las caídas, porque una caída puede llegar a ocasionarle la muerte si se produce en la calle, en lugares donde circulan vehículos.

No obstante, en la mayoría de los casos, las convulsiones se pueden evitar si no se interrumpe la medicación, cosa que es habitual en los enfermos que tienen que tomar medicinas de por vida.

Este material de estudio resulta de gran utilidad como manual de consulta inmediata para cualquier profesional que necesite profundizar sobre este misterioso, oscuro y difícil tema.

Fuente: “Manual de Epilepsia”, Thomas R. Brown, Gregory L. Homes.