Sobre el Destino



Hay una postura mágica o religiosa que considera al destino como una fatalidad inevitable, fuera de nuestro alcance y otra de tipo ética según la cual cada uno tiene que cumplir su propio destino según la ley que lo rige.

Sin intervención de voluntad alguna el destino es la consecuencia del curso de las cosas.

Según el Tao Te King, solamente los sabios tienen la posibilidad de cumplir su destino, porque logran el autoconocimiento y pueden lograr el dominio de si mismos.

Cierta leyenda muy antigua, cuenta al respecto, que un día un hombre humilde, llamado Ku, que se dedicaba a cultivar arroz se enfrentó a una serpiente de una clase desconocida para él.

Cuando se disponía a matarla la serpiente le dijo que si le perdonaba la vida le concedería el poder de vencer a todo hombre nacido de una mujer.

El hombre perdonó a la serpiente sin creerle demasiado y siguió su camino.

Al sentir hambre, se detuvo con la intención de cortar algunas ramas para hacer su comida y ante su sorpresa el pino se inclinó y cayó como alcanzado por un rayo.

Ku se dio cuenta que era verdad que había adquirido poderes y decide mantener el secreto.

Debido a estas cualidades Ku se vovió soberbio y comenzó a abusar de su poder para conseguir dinero, comida y lugar para hospedarse gratis.

Tanta era su arrogancia que finalmente, sus abusos hicieron que fuera apresado por los delitos cometidos, siendo conducido a la presencia del Rey.

Mereces la muerte, le dijo el rey, porque has matado a tres de mis soldados; pero en lugar de ejecutarte serás enviado a una misión muy peligrosa. Deberás traerme la gema oculta en la cabeza de una feroz hiena que se encuentra en un temible bosque del otro lado del valle, pero para quitársela deberás darle muerte.
Me han dicho que si esa gema una persona se la coloca debajo de la lengua, podrá ver el futuro.

Ku acepta el desafío siempre que el rey le pague un anticipo por su trabajo.

El rey accede a darle la mitad de lo que recibiría si cumplía con el mandato, más la promesa de ser colmado de honores.

Ku viajó durante dos días acompañado de los mejores guerreros del rey. Al llegar a una laguna que podía ser atravesada a pie, los guerreros le dijeron que avanzara solo hacia el valle donde encontraría a la hiena, mientras tanto, ellos lo esperarían allí.

En el bosque, Ku se encontró con el feroz animal y ambos se enfrentaron en una cruel y despiadada lucha, hasta que finalmente Ku lo venció y decapitándolo le pudo extraer de la cabeza la gema tan apreciada por el rey.

Mientras regresaba se puso a pensar que si se guardaba la gema para él podría conocer el futuro y eso le reportaría muchas más riquezas que las que le había prometido el rey.

Ni bien se reunió con los soldados, que estaban impacientes, sin que lo advirtieran colocó la gema debajo de su lengua.

De inmediato, su boca quedó sellada y no pudo abrirla más, mientras la piedra se transformaba en una brasa candente que rápidamente le provocó una horrible muerte.

Los guerreros lo despojaron del anticipo que había recibido y regresaron al reino.

La gema, que no era un hombre nacido de mujer alguna, había logrado matar a Ku, tal como le había advertido la serpiente.

Sólo el que se vence a si mismo es poderoso.

(Del libro Jung y Osho, en Torno a la Existencia, de Guido Tavani,Ed.Quadrata, Buenos Aires, 2007)